Ir Arriba

LA MANERA MÁS EFICAZ PARA CALENTAR EL HABITÁCULO DEL COCHE SIN COMETER EL ERROR MÁS FRECUENTE

Las frías temperaturas propias del invierno, sobre todo en lugares donde la nieve y el hielo suelen estar presentes, añaden una dosis de incomodidad en el momento de coger el coche. Tanto a primera hora de la mañana como de noche, las temperaturas caen en picado y el habitáculo alcanza niveles gélidos, con lo que calefactar el interior del vehículo se convierte en una prioridad para asegurar una experiencia de conducción más confortable y segura.

Al apelar a la seguridad vial, lo primero que hemos de tener en cuenta es que al ponemos al volante debemos garantizar nuestra propia libertad de movimientos, como hace referencia el artículo 18.1 del Código de Circulación. Por este motivo, debemos prescindir del abrigo y otras ropas voluminosas, como la bufanda o los guantes, que podrían limitar nuestra agilidad y capacidad de reacción al conducir.

Al mismo tiempo, también evitaremos la posibilidad de que un agente nos sancione por este motivo con una multa que puede llegar a alcanzar los 200 euros.

Para conseguir una temperatura de confort en el interior del coche de entre 21 y 23 grados, como recomienda la DGT, tendremos que esperar unos minutos. La sensación de frío hasta alcanzar la temperatura deseada será menor en los automóviles que cuentan con asientos y volante calefactados, unos extras que generalmente equipan los vehículos de alta gama, pero al final, en todos los casos, el climatizador acaba cumpliendo con su misión.

Preparación previa

Si el coche está aparcado en la intemperie y nos encontramos que los cristales están cubiertos por una capa de nieve o hielo deberemos retirar el manto con sumo cuidado antes de emprender la marcha. Utilizar un raspador de hielo o una espátula específica para este propósito facilitará la tarea sin el riesgo de rayar el vidrio.

Aunque el frío sea intenso, debemos prescindir del abrigo, los guantes y otras prendas voluminosas para conducir

Arrancar y esperar

Al entrar en el coche, arrancamos el motor y encendemos la luneta térmica para que se desempañe el cristal trasero. Debemos aguardar al menos dos minutos con el motor en ralentí antes de activar la calefacción, ya que, al hacerlo previamente, cuando el motor aún no ha alcanzado su temperatura óptima, el aire que llega al habitáculo tiende a ser frío. Encender el sistema de calefacción antes de que el motor esté caliente es un error que suelen cometer la mayoría de personas.

Encender la calefacción

Después de esperar dos minutos con el automóvil al ralentí y con el aceite del motor alcanzando la temperatura adecuada, comenzaremos nuestro trayecto. Es fundamental evitar acelerar bruscamente al principio y activar la calefacción de manera gradual

La temperatura recomendada en el habitáculo es de entre 21 y 23 grados

Inicialmente, dirigiremos la calefacción hacia nuestros pies y el parabrisas delantero para prevenir que se empañen los cristales y distribuir el aire cálido de manera uniforme en el habitáculo.

Recirculación del aire

Tras dejar transcurrir unos minutos, es aconsejable activar la opción de recirculación de aire, permitiendo que el sistema de ventilación reutilice la calefacción interna en lugar de tomar el aire del exterior. Al llegar a este punto, podremos disfrutar de una temperatura de confort que en ningún caso debe ser superior a 23 grados.

Conducir con una temperatura elevada puede alterar la capacidad de la persona que va al volante, causarle fatiga y producir agresividad.

 

FUENTE: LAVANGUARDIA